Es la inflamación de uno o más senos paranasales que ocurre habitualmente como complicación de una infección respiratoria viral de vías aéreas superiores. Ocurre como resultado de la reacción inflamatoria de una infección por virus, hongos o bacterias. 

            Los senos paranasales son espacios llenos de aire en el cráneo. Están localizados por detrás de la frente, los huesos de la nariz, las mejillas y los ojos. Los senos paranasales saludables no contienen bacterias ni otros microorganismos. Por lo general, el moco puede salir y el aire puede circular a través de ellos. Cuando las aberturas paranasales resultan bloqueadas o se acumula demasiado moco, las bacterias y otros microorganismos pueden crecer más fácilmente.

            Etiología: Microorganismos (bacterias o virus) que van a causar la inflamación de estos senos paranasales, a su vez aumenta la secreción de moco, lo que conlleva a la obstrucción de los orificios de drenaje del seno favoreciendo el desarrollo de infecciones. Pueden ser bacterias piógenas lo que puede ocasionar pus, aumentando la presión en la cabeza. 

            De origen odontogénico: Infecciones odontogénicas (abscesos que no fueron tratados en su debido momento), comunicaciones bucosinusales (exodoncias), fracturas, cuerpos extraños, heridas, desviación del septo nasal. 

            La sinusitis se puede presentar por una de las siguientes situaciones:

  • Los pequeños vellos (cilios) de los senos paranasales no logran sacar el moco en forma apropiada. Esto puede deberse a algunas afecciones.
  • Los resfriados y las alergias pueden provocar la producción de demasiado moco o bloquear la abertura de los senos paranasales.
  • Un tabique nasal desviado, un espolón óseo nasal o pólipos nasales pueden bloquear la abertura de los senos paranasales

            La sinusitis de puede clasificar según:

            Según su periodo de duración

  • Aguda
  • Aguda recurrente
  • Crónica.

            Según su localización: (4 senos)

  • Sinusitis maxilar: afecta a los senos maxilares y es la más común.

            Signos y síntomas: 

            Aguda:

            Cuando la sinusitis es aguda puede presentar dolor violento e irradiado que aumenta con el esfuerzo, dolor periodontal (premolares y molares) en la zona afectada, cefaleas difusas (dolores de cabeza) y secreción catarral purulenta unilateral (de un solo lado).

            Crónica: 

            Cuando la sinusitis es crónica tiene una duración de 3 semanas a 3 meses, presenta exudado nasal purulento o drenaje faríngeo. La sinusitis del maxilar crónica generalmente es de origen odontogénico, presenta dolor vago o en algunos casos es ausente y también la persona que lo padece puede tener halitosis (mal aliento).

  • Sinusitis etmoidal

            La sinusitis etmoidal causa dolor por detrás de los ojos y entre ellos, lagrimeo y dolor de cabeza (a veces descrito como muy intenso) sobre la frente.

  • Sinusitis frontal

            La sinusitis frontal causa dolor de cabeza, sobre la frente.

  • Sinusitis esfenoidal

            La sinusitis esfenoidal causa dolor en áreas no bien definidas y puede sentirse en la parte frontal o posterior de la cabeza.

            También pueden sentir malestar general. También pueden aparecer fiebre y escalofríos, pero su presencia sugiere que la infección se ha extendido más allá de los senos paranasales. A menudo el dolor es más intenso en la sinusitis aguda.

            Los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de que un adulto o un niño presente sinusitis:

  • Rinitis alérgica o fiebre del heno
  • Fibrosis quística
  • Ir a guarderías
  • Enfermedades que impiden que los cilios trabajen apropiadamente
  • Cambios de altitud (volar o bucear)
  • Adenoides grandes
  • Tabaquismo
  • Sistema inmunitario debilitado por VIH o quimioterapia
  • Estructuras anormales de los senos paranasales

            Existen algunos métodos claves para diagnosticar una sinusitis maxilar, donde es importante que el paciente exprese con total sinceridad sus síntomas en la anamnesis (preguntas de la historia clínica) que el odontólogo o el otorrinolaringólogo le hará, seguido de un examen clínico, donde se examinan los oídos, la nariz, la faringe, los senos y la boca. Posteriormente el profesional le indicará que se realice una serie de exámenes como la transiluminación, radiografías, tomografías computarizadas (para ver tejidos blandos y duros), una resonancia magnética (para tejidos blandos) y un estudio microbiológico el cual consiste en una punción y aspiración de la cavidad del seno.

            Todos estos métodos de diagnóstico resultan importantes para indicar un correcto tratamiento y obtener con éxito la recuperación. Por esto, es importante no automedicarse y dirigirse a donde un profesional para ser evaluado para evitar complicaciones.