El envejecimiento digital, mejor conocido como contaminación azul o luz azul.
Esta la produce los dispositivos electrónicos como la luz emitida por nuestras computadoras, celulares, tabletas, televisores e incluso los focos de luz LED.
La luz azul es uno de los principales factores causantes del envejecimiento prematuro cutáneo. El peligro de esta luz azul se encuentra en que su longitud de onda está muy próxima la que emite la luz ultravioleta, que es potencialmente peligrosa para el ser humano.
Aunque no se note el daño directamente en la piel, se puede observar una piel seca y apagada; por esto es importante brindarle un buen cuidado y protección, como hidratarla y usar filtros solares, no solo para los rayos solares (UVA o UVB) también para prevenir manchas, piel seca, perdida de la pigmentación, lesiones y mala oxigenación de la piel.
La luz azul es una que en estos últimos tiempos se encuentra más presente en la vida rutinaria del hombre, despertando así, dudas y preocupaciones relacionadas con nuestra piel y la visión, ya sea a corto o a largo plazo.
¿ Cómo afecta la luz azul a nuestra piel?
La luz azul afecta de manera similar a la piel como lo hacen los rayos UVA o UVB. Estos se inducen profundamente en la dermis e inclusive, en el ADN, a causa de la formación de radicales libres y moléculas que rompen las estructuras celulares.
Según estudios dermatológicos, esta luz podría causar alteraciones en pieles oscuras, como la hiperpigmentación, afectando su tono y aspecto, además de aumentar la aparición de signos de envejecimiento como lo serían las arrugas, manchas, pérdida de la firmeza y elasticidad de la piel de la cara.
La luz azul destruye las fibras colágenas y elastina por medio del estrés oxidativo, mediante un químico encontrado en la piel conocido como flavina, la cual absorbe los rayos de la luz azul.
Los melanocitos se activan a causa de la luz azul, generando que se produzca melanina en mayor cantidad, por esto se produce la hiperpigmentación en las pieles (manchas).
Cómo afecta la luz azul la visión?
Excesiva exposición a la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos puede aumentar el riesgo de tener degeneración macular.
La cornea y el cristalino (estructuras anteriores del ojo humano) logran bloquear los rayos UV para que los mismos no lleguen a la retina, ya que esta es muy sensible a la luz.
Debido a que la luz azul penetra hasta la retina ha generado importantes estudios de laboratorio, demostrando que la exposición en exceso a esta luz produce un daño en las células sensibles a la luz que se encuentran en la retina. Este daño provoca cambios semejantes a la degeneración macular, que posteriormente puede derivar a la perdida permanente de la visión.
La fatiga ocular entra en los riesgos producidos por la luz azul, produciendo necesidad de enfocar la vista a una cercana distancia. Este gesto puede provocar síntomas como cefalea, el escozor, molestias cervicales y vértigos.
Al generar sobre esfuerzo en la vista, se crea un aumento de miopía.
El síndrome visual informático entra en esta categoría de posibles riesgos al exponerse a la luz azul, que tiene como síntoma una visión borrosa e irritación.
¿Cómo evitar los daños producto de la luz azul?
Limitar el tiempo en los dispositivos electrónicos para de esta manera disminuir la cantidad de luz azul emitidos por ellos.
Usar el modo ‘‘nocturno’’ que disponen la mayoría de los smartphones, ya que se genera tonos más cálidos en las pantallas al utilizarlo.
El uso de protectores solares con óxido de hierro ayuda a la protección de la piel de la luz azul. Se ha demostrado que el óxido de hierro es más eficaz que el óxido de zinc al momento de proteger la piel de la luz azul.
Los protectores solares con color por lo general tienen óxido de hierro.
Los antioxidantes tópicos colaboran al momento de controlar los radicales libres, producto de la luz azul.
Tomar descansos de 10 minutos por cada hora de trabajo frente a dispositivos electrónicos.
Utilizar lentes con protección solar que disminuyen la radiación y la luz que entra a los ojos.