Medidas para la prevención:

  • Revise periódicamente su piel

Es importante realizar un autoexamen de la piel en la búsqueda de nuevos crecimientos, puntos, manchas, escoriaciones o úlceras e inspeccionar especialmente aquellas que no sanen luego de 2 o 3 meses.

Los lunares, que son comúnmente encontrados en nuestro cuerpo, generalmente mantienen la misma forma, tamaño y color por muchos años y típicamente desaparecen en los ancianos. Se presentan como un punto en la piel de color parejo, planos o elevados y miden aproximadamente 6 milímetros. Manténgase alerta ante el reconocimiento de nuevas manchas pigmentarias o cambios en sus lunares.

El cáncer de piel se origina en las células que producen el pigmento que le da color a la piel, denominados melanocitos, de acuerdo a lo anterior existen dos tipos principales de cáncer de piel:

No-melanoma: son el tipo más común y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo pues su afección es mayoritariamente local. Se subdivide en carcinoma espinocelular y carcinoma basocelular.

Melanoma: es más propenso a diseminarse a otras partes del cuerpo, causando mayor mortalidad aunque puede ser curable en sus estadios tempranos. Los melanomas que son una forma de presentación del cáncer de piel, se pueden identi­ficar al examinar nuestro cuerpo utilizando la regla del “ABCDE”:

Asimetría: ambas mitades de un lunar o marca de nacimiento no son semejantes.

Bordes: son irregulares y usualmente de apariencia rasgada.

Color: disparejo en todo el lunar y puede incluir grados de color canela o negro, con manchas de rojo, blanco o azul.

Diámetro: ocupa un área mayor a 6 milímetros y está creciendo.

Evolución: se refiere a la presencia de algunos o todos los factores mencionados al mismo tiempo.

Por todo esto, si Ud. detecta cualquier cambio en el color, forma o tamaño de un lunar, acuda al médico o personal de salud de su confi­anza.

Tome el sol sin excesos El sol es fundamental para la vida y, en especial, para la producción de vitamina D que tiene funciones indispensables en el fortalecimiento del sistema óseo. Sin embargo, la radiación necesaria para absorber esta vitamina es muy poca, por lo que no debemos exponernos durante períodos prolongados al sol ya que este es el principal causante de cáncer de piel.

 

¿Cómo me puedo proteger?

  1. Limite la exposición al sol. Evite los rayos UV entre las 10 am y las 4pm. Si Ud. no sabe cuán fuerte está el sol, puede hacer una “prueba de sombra”: si su sombra es más pequeña que Ud., los rayos del sol están muy fuertes.
  2. Cúbrase. Los colores oscuros y las telas con tejidos más cerrados brindan mayor protección contra los rayos UV.
  3. No olvide su sombrero. El mejor sombrero es el que posee de 5 a 8 centímetros de ala por toda la periferia. UV
  4. Bloqueador solar. Busque un producto que tenga 15 o más del factor de protección solar (SPF por sus siglas en inglés) y que posean fi­ltros solares para uso regular. Generalmente, se unta bloqueador solar 30 minutos antes de salir. Cubra brazos, piernas, orejas, cuello y cara y repita la aplicación cada 2 horas si se encuentra nadando o sudando.
  5. Use lentes bloqueadores de UV. Los lentes cosméticos generalmente bloquean el 70% de los rayos UV, mientras que los lentes para el sol bloquean entre el 99 y el 100%.

Manténgase alerta ante las siguientes condiciones, porque podría tener un mayor riesgo de padecer melanoma: – Si existe historia familiar de lesiones pigmentadas de la piel o melanoma.

– Piel clara, cabello rojo o rubio y ojos azules o verdes.

– Piel sensible al sol (se insolas con facilidad).

– Personas con abundantes pecas y/o lunares.

– Quienes sufrieron quemaduras intensas al sol en la infancia o juventud.

– Quienes con frecuencia usan cámaras de bronceado.

Más de 67 años dedicados a fomentar la prevención del cáncer, mediante la educación y la asistencia médica.

Fuente: http://sociedadanticancerosa.org.ve/